jueves, 4 de febrero de 2016

SEVILLA: TESTIGO DE PAREJAS DE ENAMORADOS EN LA HISTORIA

                 SEVILLA ES UNA DE LAS CIUDADES MÁS ROMÁNTICAS DEL MUNDO


Con una ciudad como Sevilla, hay que aprovecharla todos los meses del año. Además de la primavera, Sevilla hay que descubrirla el resto del año y aprovechar las posibilidades turísticas que nos brinda. ¿Porqué conformarse sólo con visitarla tres meses al año?.
La ciudad es bella todos los meses y en sus cuatro estaciones; primavera, verano, otoño e invierno y disfrutar de las imborrables sensaciones e imágenes de una ciudad única.
 
Según el Huffinton Post, Sevilla se encuentra cuarta posición entre las siete ciudades más románticas de Europa. La calidad de su gran patrimonio monumental y los lugares mágicos que oculta, se aúnan para ofrecer una experiencia inolvidable y que rara vez defraudan. Si se quiere aprovechar la estancia y no perderse detalle, déjate guiar de la mano de alguien que sepa interpretar el bello patrimonio histórico y artístico y que te hará disfrutar de la ciudad como nunca.
 
Rutas  románticas a elegir:
 
1.      Los Reales Alcázares
 
Palacio Real que fue testigo de una de las historias de amor más apasionadas de la historia sevillana; entre el rey moro Almutamid e Itimad, y Don Pedro y su favorita María de Padilla.
Es un lugar de cuento de las Mil y Una Noches, que nos trasladan al Oriente oliendo el aroma del jazmín y deleitándonos con la exuberancia de sus jardines y su impactante arquitectura.
 
PEDRO I Y MARÍA DE PADILLA
 
Pedro I apodado "el Cruel" y que mando uno de los palacios más bellos de España de arquitectura mudéjar, pasó sus mejores momentos en este bello palacio junto con su enamorada María de Padilla.
Se sabe que fue una mujer de talla pequeña, viva y llena de gracia. Provenía de una familia rica de Sevilla, aunque probablemente nació en Palencia, Astudillo.
Pedro I se vio obligado a casarse por razones dinásticas con doña Blanca de Borbón, sobrina del rey de Francia, de la que nunca estuvo enamorado. Pero dos días después de la ceremonia, abandona a su recién esposa en busca de María de Padilla que estaba en aquel momento embarazada de seis meses.
Según las crónicas, gran escándalo causó este abandono de Don Pedro de su flamante esposa, que queda compuesta y sin novio.

 
Esto deja claro cual fue su verdadero y gran amor, ya que María de Padilla le dio cuatro hijos. Pedro la trató como su verdadera y legítima esposa, reina de Castilla, a pesar de las críticas y tanto fue así que dio cargos a toda la familia Padilla.
Inútiles fueron las amenazas de la excomunión del Papa y las amenazas llegadas desde Francia por parte del rey francés, el sigue a su amante sin importarle todo esto.
 
Pero todo no fueron amables encuentros con María de Padilla, también la hizo que sufrir, al casarse con otra mujer, Doña Juana de Castro, tras conseguir la nulidad con Doña blanca de Borbón. Poco duró esta relación, pues tras un año de matrimonio, volvió a los brazos de María de Padilla que pacientemente lo espero y demostró así cuanto lo amaba. Durante ese largo año de espera, lo esperó pacientemente en un convento.

 
 
Tras reanudarse la relación con María, le dio por fin un hijo varón, pero poco duró esta felicidad pues se le agravo una antigua enfermedad, la tuberculosis y falleció. Fue entonces cuando el rey don Pedro, le organizó grandes funerales y la lloró como su único y gran amor.
 
Logró buscar unos testigos para que juraran que este había sido su verdadero amor y que era su legítima esposa ya que justo cuando la conoció se casó en secreto con ella.
Con un rey tan belicoso y tan iracundo, nadie se atrevió a contradecirlo y fue así como María de Padilla se convirtió en su legítima esposa póstumamente. Y sus restos yacen junto con los de su esposa en la iglesia de Santa María la Blanca, en la capilla de los Reyes.
 
ALMUTAMID E ITIMAD
 
Esta fue otra de las parejas que paseó su amor en los Reales Alcázares.

Al-Mutmaid fue un rey poeta que nació en Sevilla, hijo de Almotahdi. Fue un hombre muy ilustre que se rodeo siempre en su corte de Sevilla de gran esplendor de consejeros y literatos de gran renombre. Disfrutaba de pasear por la rivera del Guadalquivir con su amigo y poeta. Paseando por el puente de Barcas que estaba donde hoy está el de Triana, se pararon y admiraron el río comentando sobre su belleza y el reflejo de la luz en el agua. Y se atrevió a iniciar un verso:

 
                                    la brisa convierte al río
                                      en una cota de malla....
 
 Mientras pensaba en acabar la estrofa, una voz femenina la entona:
 
                                     Mejor cota no se halla
                                     Como la congele el frío.
 
Al volverse para buscar al interlocutor, vieron a una joven descalza a lomo de un borriquillo que se encaminaba a cruzar el puente de Triana.
Como quedaron el rey y su consejero sorprendidos de tal inspirada  e ingeniosa improvisación, mandaron buscarla. Por su indumentaria parecía una esclava como así fue. Se llamaba Itimad la Romaiquia. Era trianera y trabajaba en un pequeño torno de un alfarero que fabricaba tejas y ladrillos.
Almotamid tomó la decisión de comprarla y al ofrecer dinero por ella al mercader que la tenía, éste gustosamente se la cedió sin pedir nada a cambio ya que según su patrón no trabajaba bien y estaba todo el día despistada pensando en no se qué..
Almotamid se la llevó a palacio que era los Reales Alcázares y con el tiempo se enamoró de ella. Decidió desposarla y le dio tres hijos.
A pesar del origen humilde de Itimad, logró estar a la altura de lo que su nueva posición le exigía y demostró que fue una reina prudente y discreta, pero con iniciativa y justa, así que logró que las mujeres de Sevilla se quitaran el velo del rostro según exigían las leyes coránicas.
 
 
 
Cuenta la leyenda que echaba mucho de menos Triana y que le inundó la melancolía. El rey decidió remediar su tristeza llenando el patio del Alcázar de barro perfumado de aromas y especias como el espliego, la canela, el almizcle,  ámbar, clavo, etc...

También en otra ocasión, Itimad se quejaba de que nunca había visto la nieve y de que le gustaría verla. Difícil era de contentarla en este capricho puesto que el sur no era tierra de nieve, sólo en el Norte, en territorios cristiano, y en ocasiones en Granada.
Pero por suerte, un día amaneció Córdoba con algo de nieve, o así al menos lo creyó Itimad, y lo que ella admiró como nieve, fueron los miles de almendros florecidos que frente al Alcázar viejo mandó plantar Almutamid.
Fue una pareja muy bien avenida pero a pesar de esta duradera y feliz relación, acabaron tristemente sus vidas. Mucho tenía de poeta pero poco de estratega, y perdió su reino al abrir las puertas a Yusuf el cual lo mandó en destierro a Marruecos.  Itimad volvió a Triana de esclava.

Hay un azulejo en Sevilla en el barrio de Santa Cruz que recuerda esta linda historia, un cuento de hadas, una cenicienta sevillana que siendo esclava enamoró al rey con su arte e ingenio y la hizo reina.

EL PARQUE DE MARÍA LUISA

Es el pulmón verde de Sevilla y legado romántico de la Sevilla de la Exposición Iberoamericana. La Plaza de España con sus barcas y la Plaza de América, con sus pabellones mudéjares y renacentista no nos dejan indiferente.



ALFONSO XII Y MARÍA DE LAS MERCEDES


Fue una pareja de enamorados conectados a Sevilla.
 
María de las Mercedes fue la primera esposa y prima de Alfonso XII. Ella con su vivacidad y alegría se ganó el corazón de su primo. El rey amó a su esposa con verdadera veneración, pero tristemente quedó desolado cuando la perdió tras su enfermedad contraída del tifus pocos meses después de contraer matrimonio.
 
 
 
María de las Mercedes de Orleans y Borbón nació en el Palacio Real de Madrid, y formaba parte de la familia real española más cercana a la reina Isabel II pues era su sobrina y ahijada. Su padre fue Antonio de Orleans, duque de Montpensier y su madre la infanta Luisa Fernanda.
 
Se habla mucho de los felices días que pasó en el palacio de San Telmo antes de exiliaran a su familia a Lisboa y después a Francia.
 
Fue en Francia donde los primos se conocieron a los doce años. La joven y alegre María de las Mercedes se coló en el corazón del joven Alfonso, aunque aún tendrían que pasar años de separación y de cambios y conflictos en España, antes de que nombraran a Alfonso XII rey, tras la restauración monárquica en 1879.
Entonces se estableció una boda de estado basada en un amor y respeto mutuo y que se celebró en enero de 1878.
 
 
 
María de las Mercedes se convirtió en una reina joven y amada por su esposo y su pueblo. Pero esta unión duró poco tras fallecer la reina por el tifus dos días después de cumplir la mayoría de edad, dejando al rey destrozado.
 
Su memoria recorre los jardines de corte romántico y que llevarían el nombre de su madre María Luisa y que es hoy en día uno de los rincones más románticos de la ciudad. Al igual que el costurero de la reina. Pequeño pabellón neo mudéjar situado en el extremo del parque y que sería en época de los Montpensier lugar donde pasaría María de las Mercedes largos ratos  por su delicada salud tomando el sol y cosiendo con sus damas de compañía. También dicen las legendas urbanas, que Alfonso XII, acudía a caballo desde el Alcázar de Sevilla a verla tras atender sus asuntos de Estado. Esto sería imposible porque el edificio fue construido en 1893 y la reina falleción en 1878.
 
Hoy permanecen los restos de María de las Mercedes en una capilla del Monasterio del Escorial.